Que la tragedia no se repita
por Daniel Fresno—
El 24 de marzo se conmemora un hecho trágico de la historia argentina reciente. Ese día de 1976 comenzó una época oscura que trajo grandes beneficios a unos pocos y enorme sufrimiento a millones de personas. Si bien fue un golpe de Estado, el evento contó con el respaldo o la indiferencia de gran parte de la sociedad. ¿Cómo fue posible que un proceso que trajo tanta muerte y destrucción fuera aceptado por tanta gente como algo necesario o inevitable?
Basta con regar la semilla del miedo en la mente de la gente. Un miedo gigantesco e irracional. Una vez que se instala el miedo, es necesario identificar un enemigo. Ahí se activa la semilla del odio. Una vez identificado el enemigo empezamos a odiarlo y a desear su eliminación.
También hay que regar la semilla de ignorancia.. La ignorancia nos hace creer que solo vamos a alcanzar la paz y el bienestar cuando hayamos exterminado al enemigo, Una vez convencidos de que el enemigo debe ser eliminado es fácil empezar la matanza. Una vez iniciada la matanza, el miedo no disminuye, sino que aumenta, porque ahora, además de temer al enemigo, también tememos que los exterminadores nos confundan con el enemigo. El miedo, el odio y la ignorancia fueron el combustible de aquella maquinaria infernal.
Todo esto ocurrió hace 46 años y desde entonces muchas cosas cambiaron. Varios de los protagonistas ya no están y algunas instituciones que impulsaron el golpe ya no tienen el mismo poder. Sin embargo las semillas del miedo, el odio y la ignorancia siguen activas en nuestra sociedad. Basta mirar la televisión y la redes sociales para darnos cuenta de que están creciendo con entusiasmo. Estamos en un camino que conduce a una nueva tragedia. Como ciudadanos ¿qué podemos hacer desactivar la hoguera de violencia y odio que tantos se empeñan en avivar? ¿Qué podemos hacer para que la historia no se repita?.
Esta es una gran oportunidad para ejercer el poder de la plena atención. Podemos estar atentos a qué información consumimos y qué clase de conversaciones mantenemos ¿Ayudan a nutrir las semillas del odio, la codicia y la ignorancia dentro de nuestra mente o hacen crecer el amor, la generosidad y la sabiduría?
Podemos estar atentos a qué clase de pensamientos alberga nuestra mente, qué clase de palabras usamos para comunicarnos, qué clase de acciones realizamos. Esos pensamientos, palabras y acciones ¿nutren semillas de odio, codicia e ignorancia en los demás o nutren semillas de amor, generosidad y sabiduría? El poder de la plena atención está en nuestras manos.
Gracias por leer.
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Me siento representado por este texto,gracias.
Gracias por leer, Alejandro.