Antes del desayuno
La alimentación es una actividad fundamental para la vida que está regida por hábitos. Comemos y bebemos aquello que estamos acostumbrados a comer y beber. Muchas veces seguimos hábitos alimenticios que no son saludables ¿Por qué lo hacemos? Porque los hábitos son muy poderosos; son lo conocido, nos dan seguridad. Por eso, es muy importante descartar los malos hábitos de alimentación y reemplazarlos por otros saludables. Este que vamos a describir aquí es un hábito que vale la pena incorporar.
Al levantarnos de la cama por la mañana nuestro metabolismo entra en una fase más activa. Es un momento en que el organismo necesita agua para ponerse en marcha y eliminar toxinas. Agua pura, no infusiones ni aguas saborizadas.
Lo ideal es tomar medio litro de agua caliente, alrededor de 50 grados C. Bebemos el agua despacio, con pequeños sorbos.
Luego del agua, viene el jugo de limón con bicarbonato, que aporta vitamina C, ayuda a equilibrar el ph del organismo y a prevenir todo tipo de enfermedades.
Exprimimos un limón, lo mezclamos con igual cantidad de agua y le agregamos un tercio de cucharita (de café) de bicarbonato de sodio. Lo mezclamos y bebemos mientras se produce la efervescencia.
Terminado el vaso de limón, recorremos dientes y encías con la lengua, asegurándonos de lavar con saliva -que es alcalina- el limón que pueda haber quedado en las piezas dentales. Dejamos pasar unos minutos (30 a 60) antes de comer algo sólido.