La alimentación de la mente

-El edificio de la salud y la longevidad está sostenido por tres pilares -dije durante la clase de taichi chuan-: la alimentación correcta, la actividad física correcta y el descanso correcto. Si falta alguno de los tres pilares, la casa se viene abajo. Veamos uno por uno. Actividad física correcta significa hacer ejercicio de manera regular y con una intensidad y técnica adecuada. El descanso correcto se refiere a la necesidad, muchas veces subestimada, de dormir ocho horas. La alimentación correcta se refiere tanto al alimento que le damos al cuerpo como al que le damos a la mente.

-Estos tres pilares están íntimamente relacionados entre sí. Si yo hago una actividad física correcta voy a tener apetito a la hora de comer y voy a dormir sin problemas. En cambio, si no duermo lo suficiente, voy a estar muy cansado para hacer actividad física. Si no como lo suficiente, no voy a tener energía para hacer ejercicio y si como demasiado, no voy a tener ganas de hacer ejercicio. Si como demasiado antes de dormir, no voy a dormir bien. Lo mismo ocurre con el alimento que le doy a la mente. Si antes de acostarme leo algo inspirador, voy a dormir mejor que si veo una película de terror.

-Quisiera detenerme en el tema de la alimentación correcta de la mente. En las últimas décadas la Humanidad aprendió mucho sobre la importancia de la alimentación del cuerpo. Pero no hay mucha educación sobre el cuidado de la mente y sobre lo que metemos dentro de ella. La práctica del taichi chuan o del chi kung nos ayuda a fortalecer la atención, que es la lámpara que echa luz sobre todo lo que pensamos, decimos y hacemos. Una atención poderosa nos permite darnos cuenta cuándo un pensamiento, un sentimiento o una emoción negativa empieza a crecer dentro nuestro.

-El mundo y también nuestro país están sacudidos por la violencia. La violencia es un fenómeno humano y tiene como objetivo lesionar o eliminar al otro. Hace poco hablamos sobre esto y sobre la diferencia que hay entre violencia y agresividad. La violencia se manifiesta primero como pensamiento, luego como lenguaje y por último como acción. Algunos creen que violencia es únicamente la acción violenta, pero antes del accionar violento, primero hubo una manera de pensar violenta y una manera de hablar violenta. Por ejemplo, creer que los problemas de la sociedad se resolverían eliminando a otro sector de la sociedad, es un pensamiento violento. Creer que un sector de la población es idiota por haber votado a tal o cual candidato, es un pensamiento violento. Cuando esta manera de pensar se arraiga en la mente, el siguiente paso es expresar esa violencia a través de la palabra. Esto se ve mucho en las redes sociales, en las que el lenguaje violento circula y se reproduce exponencialmente.

-¿Por qué es peligrosa la violencia? Porque genera más violencia. Quien recibe un insulto o es víctima de una acción violenta busca retribuir esa violencia y así se va generando una espiral imposible de detener. El argumento de «Ellos empezaron primero» justifica toda acción violenta. Hay sociedades en las que el odio y la violencia son tan antiguos que ya nadie recuerda por qué se están matando. Por eso es tan importante estar atentos a lo que dejamos crecer dentro de nuestra mente. Si nuestra mente está llena de ideas violentas, seremos transmisores de esa violencia en el tejido social. En cambio, si estamos atentos, podremos elegir detener la rueda de la violencia, mostrando que hay otra manera de pensar, de hablar y de actuar no-violenta.

-Muchas mujeres están acostumbradas a ejercer violencia contra ellas mismas -apuntó Roxana.

-Es cierto -dije-, la auto-violencia existe, pero no es un problema único de las mujeres; es de la Humanidad. Tomemos el caso de alguien que come y bebe mal, sometiendo todos los días a su hígado y su vesícula biliar a un esfuerzo descomunal. Este es un caso de auto-violencia muy común. Supongamos que después de varios años de maltrato, la vesícula biliar empieza a quejarse. La persona siente dolor, pero en lugar de escuchar ese dolor, investigar sus causas y modificar las conductas que le dieron origen, toma una pastilla para matar el dolor. Sigue la violencia contra uno mismo. Finalmente, la vesícula ya no aguanta más y colapsa. Algún médico le sugerirá a esta persona operarse y «sacarse de encima» el problema. Se llega así al punto culminante de la violencia: eliminar al que molesta. Millones de personas viven así, habituadas a ejercer y sufrir esta auto-violencia. Y luego transmiten esa violencia al mundo que las rodea.

-Es urgente detener la espiral de violencia y esto se puede lograr únicamente a través del ejemplo. Por eso es tan importante nuestra práctica, porque nos ayuda a fortalecer la atención. Nuestra mente es un terreno fértil y lleno de semillas de todo tipo. La atención nos permite distinguir las semillas de violencia que tenemos dentro, de las semillas de amor, coraje y compasión. De esta manera podremos dejar de regar unas y empezar a nutrir las otras.

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Autor: Daniel Fresno