El mito de la elegancia y los zombies
Un mito es un relato imaginario que altera las verdaderas cualidades de una cosa y les da más valor del que tienen en realidad. En el taichi chuan existe el mito de la elegancia, que puede llegar a arruinarlo como arte marcial.
El origen del mito
Como todos los mitos, el mito de la elegancia tiene una base real: las formas de taichi chuan, sin importar el estilo, son bellas y elegantes. Y eso está muy bien.
Incluso algunos creyeron que no eran lo suficientemente bellas y las distorsionaron para hacerlas más atractivas al ojo del espectador, más parecidas a una danza que a un arte marcial.
No es nuestra intención quitarle valor a la forma. Por el contrario, creemos que es una extraordinaria herramienta para cultivar cuerpo, mente y espíritu, para conocerse a uno mismo y que es imposible comprender la esencia de este arte sin estudiarla en profundidad. El taichi chuan es un verdadero tesoro por todos los recursos que ofrece para prevenir enfermedades, preservar la salud, educar la mente y el espíritu y fortalecer el cuerpo y cada uno es libre practicarlo como más le guste. Pero no hay que olvidar que el taichi chuan es un arte marcial y es en ese aspecto -el marcial- donde el mito de elegancia se vuelve una amenaza.
Las películas y los “kiai masters”
El cine ayudó mucho a reforzar el mito de la elegancia. En las películas, el maestro de taichi chuan derrota a sus adversarios sin esfuerzo, sin agitarse, sin transpirar y siempre termina sus movimientos adoptando una bella postura estática extraída de la forma. El maestro de taichi chuan es aséptico, no se ensucia; apenas toca a sus enemigos con las manos o los pies y eso basta para que caigan como moscas. El maestro de taichi chuan no necesita acercar su centro ni su cadera al cuerpo del otro para derribarlo; basta con una precisa manipulación de la muñeca o el codo y el otro sale volando.
Los «kiai masters», esos pintorescos personajes que derriban a sus alumnos sin contacto físico, son una manifestación extrema del mito de la elegancia. De alguna manera nos dicen: «Mi nivel es tan alto que ni siquiera necesito tocar al otro para repelerlo”.
Hay un video que muestra a un famoso maestro de taichi bebiendo un vaso de agua con una mano, mientras que con la otra neutraliza el ataque de varios alumnos cómplices. ¿Por qué estas demostraciones son aceptadas y tomadas como válidas? Porque se ven elegantes y confirman la idea fantasiosa de que se puede enfrentar a varios oponentes sin despeinarse ni arrugarse la ropa.
Zombies
El mito de la elegancia es aceptable cuando se enfoca el taichi como una gimnasia para la salud, pero se convierte en un problema cuando nos impide profundizar en los recursos marciales del arte. Muchos maestros, esclavos del mito, enseñan técnicas que se ven elegantes, pero que son totalmente absurdas e imposibles de aplicar con éxito ante un adversario entrenado. Se practican cosas que sólo serían útiles para defenderse de un zombie, es decir, alguien sin reflejos ni equilibrio ni coordinación y con escasa inteligencia corporal. Lo peor de todo es que se hace creer a la gente que eso es el verdadero taichi chuan, porque se ve bonito y no hay forcejeo.
Por otro lado, muchas técnicas que aparecen en la forma, son descartadas y no se practican porque no encajan dentro del mito de la elegancia.
El lector nos preguntará qué tiene esto de malo. Pues que al castrar al taichi chuan, al despojarlo de sus técnicas más efectivas y de los métodos de entrenamiento que permiten que estas técnicas se puedan aplicar con éxito, corremos el riesgo de vaciarlo como arte marcial.
(Continuará…)
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Autor: Daniel Fresno
Es cierto que viene de un arte marcial, pero hoy día podemos elegir la posibilidad de beneficiarnos de sus aspectos terapéuticos tanto a nivel físico como emocional. No tengo que derribar a nadie, ni siquiera tener la intención de derribarlo, para que sus efectos sobre el cuerpo y las emociones se vean mermados. Nos sirve para ganar en equilibrio, psocomotricidad; alargar el paso en personas mayores, evitando así las fastidiosas caídas que suelen sufrir. Solucionar problemas articulares; aprender a respirar bajando el diafragma con lo que los órganos adyacentes serán masajeados y obteniendo más oxígeno en cada respiración al estirarse el diafrgama, con lo cual, tendremos que hacer menos respiraciones y así usaremos menos el sistema respiratorio, lo que alargará su vida. Podemos también mencionar la propiocepción, la toma de consciencia de nuestro cuerpo en el espacio; la concentración y relajación. La estimulación del sistema parasimpático provocada por la respiración abdominal mejora el sistema nervioso autónomo, lo que hace desarrollar los recursos por mayor influencia de oxígeno a las células de todo el cuerpo. Esto determina una mejora de las funciones psicológicas y psicosociales ampliando la capacidad cognitiva y reduciendo la tensión arterial, la depresión, la ansiedad y algunos trastornos de la conducta. Creo que todo eso me preocupa más que saber derribar a alguien. No tengo nada en contra de la aplicación marcial del tai chi, de hecho me gusta, pero hoy por hoy, tienen cabida aplicaciones mucho más interesantes y terapéuticas.
El propósito de la nota no es ignorar o restarle valor a todo ese aspecto del taichi chuan: el de la prevención de la enfermedad, cuidado de la salud, cultivo de la mente y el espíritu, fortalecimiento del cuerpo. Es más, creemos que el taichi chuan es una disciplina excepcional para lograr esos fines.
Además, nos interesa que no se pierda el otro aspecto, el de arte marcial efectivo para la defensa personal.
Creemos que ambos aspectos hacen al equilibrio del taichi chuan y que no es conveniente practicar sólo uno de ellos.
Gracias por tomarse el tiempo de escribir.
Me parece muy interesante e importante la nota que publica el Profesor Fresno, de hecho estoy de acuerdo con sus conceptos, pero también coincido con la respuesta de Raul porque no todos los profesores enfocamos la enseñanza del Taijí desde el aspecto histórico-marcial.
Algunos tenemos la responsabilidad de trabajar con adultos que no están en condiciones físicas de conectarse con lo marcial más que desde la teoría.
Depende de las características del alumnado podemos enfocar nuestra transmisión del Arte del Taijí, como práctica terapéutica o como práctica para la defensa.
Considero que es muy importante respetar las limitaciones físicas de los alumnos para que la disciplina sea realmente el acercamiento al «Camino del Centro» y así tener la posibilidad de disfrutar de los beneficios para el equilibrio de la salud sin olvidar el origen marcial del Taijí, lo que no implica «adornar la forma con firuletes y moños», en la simpleza está el Camino del Dao.
Muchas gracias por enriquecernos con sus aportes.
La nota no dice que hay una única manera de practicar el taichi chuan y que todas las demás están equivocadas.
La nota intenta mostrar que «el mito de la elegancia» contribuye a empobrecer el aspecto marcial del taichi chuan.
Gracias Ana María por su atención y su valioso comentario.
Estoy agradecida con este encuentro. Las fotografías son hermosas. Me gusta tu criterio, concuerdo con él. Soy muy mayor, practico desde hace 12 años, considero el taichi chuan un regalo de la vida, en todo sentido. Cuando me es posible, llega a ser una meditación.
Gracias por tu mensaje, Lucy.