Hacer la limpieza
por Daniel Fresno—
—Lo que estamos haciendo ahora son tareas de limpieza —dije durante la clase de chi kung—. El proceso natural de la vida implica la generación de desehechos. Es inevitable que los organismos vivos produzcan desehechos metabólicos. Cada una de nuestras células ahora mismo está generando basura como resultado de su funcionamiento normal. Cuando la basura se acumula la vida se hace cada vez más penosa, las enfermedades son frecuentes y el cuerpo envejece prematuramente. Por eso decimos que las tareas de limpieza son tan importantes. Esto es fácil de entender, sin embargo en la vida coditidiana vemos las tareas de limpieza como algo de menor categoría, indeseable o indigno. Tratamos de postergarlas y si tenemos dinero suficiente las delegamos en otra persona. Sería bueno cambiar este punto de vista.
¿Por qué decimos que al practicar chi kung hacemos tareas de limpieza? Por ejemplo. buena parte de los deshechos metabólicos del cuerpo son recolectados por el sistema linfático. A diferencia del sistema de circulación de la sangre, la linfa no tiene una bomba que la ayude a circular. El movimiento de músculos y tendones es el que facilita la circulación linfática. El sedentarismo, en cambio, favorece su estancamiento. Al practicar chi kung estamos ayudando al funcionamiento de este asombroso sistema de recolección de residuos.
Al respirar de la manera en que lo hacemos, estamos activamente limpiando el filtro del tracto respiratorio superior, lo que permite evitar congestiones, rinitis y sinusitis y nos asegura un flujo de aire abundante. Pero la respiración profunda también limpia en otros niveles. Una vez comí algo en mal estado y tuve diarrea y todo el sistema digestivo estaba congestionado y sensible. Practiqué respiración diafragmática y luego respiración inversa y en pocos minutos el malestar abdominal había desaparecido. Respirar de esta manera genera un masaje muy reparador en todos los órganos abdominales.
Así como se acumula basura a nivel físico, lo mismo ocurre a nivel mental y emocional. Los asuntos de la vida cotidiana dejan residuos en la mente. El bombardeo de información al que estamos sometidos hoy también deja mucha basura en nuestro sistema. Por eso son tan necesarias las prácticas meditativas como las que hacemos aquí en chi kung o cuando simplemente nos sentamos a meditar. Sostener esa práctica de manera regular ayuda a limpiar y aquietar la mente, liberándola del estrés.
Vivimos dentro de una casa que tiene tres ambientes: cuerpo, mente y energía. Ese es nuestro universo interior, nuestro hogar. A veces por malos hábitos, otras veces por ignorancia, descuidamos su limpieza y la basura empieza a acumularse. Entonces el cuerpo se vuelve una carga pesada y dolorosa y la mente, una sala de torturas. Es decir, el único lugar que tenemos para vivir se convierte en un sitio donde no es agradable estar. Esta práctica nos ayuda a poner la casa en orden.
Gracias por escuchar.
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