La amenaza está adentro
por Daniel Fresno—
—Hace poco vi un gráfico sobre las causas de muerte en nuestro país —dije durante la clase de taichi chuan—. Lo más llamativo es que más del 70% de las muertes son provocadas por las llamadas enfermedades crónicas no transmisibles. Dentro de este grupo están las enfermedades coronarias, alta presión, cáncer, diabetes, EPOC y accidentes cerebrovasculares. A grandes rasgos las principales causas de las enfermedades crónicas no transmisibles son: el tabaquismo, el alcoholismo, la mala alimentación y el sedentarismo.
Si bien la enorme mayoría de las personas mueren de esto, lo que más llama la atención son las muertes provocadas en circunstancias violentas. Si un vecino muere al ser asaltado por un ladrón o si el muerto es el delincuente, todo el mundo habla del tema y opina sobre la inseguridad reinante. Pero si un vecino se muere de un paro cardíaco porque tiene las arterias tapadas por la grasa, a nadie le sorprende. Sin embargo, son muchísimos más los que mueren en esas circunstancias que los que mueren en un hecho de violencia.
Decíamos ayer que el sentido común pone la atención sobre lo que ocurre en el mundo exterior. Vemos la calle como un territorio lleno de amenazas y exigimos a las autoridades más seguridad, sin darnos cuenta de que la principal amenza a la vida, estadísticamente hablando, no está afuera, sino dentro de nosotros. Pedimos que haya más cámaras de vigilancia para ver qué hacen los demás, pero sería más saludable volcar la vigilancia hacia adentro.
Sería bueno averiguar qué mecanismos internos hacen que yo me alimente mal, acumulando más grasa de la necesaria y obstruyendo con ella mis arterias o agotando mi páncreas. Qué hace que yo beba de más, destruyendo mi hígado y mi cerebro y arriesgándome a protagonizar un accidente de tránsito. Qué hace que yo fume, obstruyendo mis vías respiratorias. Qué hace que me hunda en el sedentarismo, potenciando así una infinidad de enfermedades.
Nuestra práctica es muy valiosa para enfrentar las enfermedades no transmisibles, que causan tantas muertes aquí y en todo el mundo. Por lado, la actividad física mantiene nuestro cuerpo fuerte, flexible y con una amplia capacidad de movimiento. Por otro lado, fortalecemos la atención para poder echar luz sobre nuestros hábitos, identificar aquellos que dañan la salud y reemplazarlos por otros más saludables.
Al incorporar hábitos saludables no solo estaremos mejorando nuestra vida, sino que también ejerceremos una influencia positiva e inspiradora sobre las personas que nos rodean.
Gracias por escuchar.
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Fuente: http://www.msal.gob.ar/ent/index.php/vigilancia/areas-de-vigilancia/mortalidad
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