Piñones

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Haruko está en el grupo de tai chi chuan y hoy me trajo unos piñones, que tienen su historia.
Hace muchos años, paseando por el Parque Pereyra Iraola, el padre de Haruko encontró una gran araucaria. A sus pies había muchos piñones, que el padre de Haruko recogió y luego plantó en macetas. Una de esas semillas prosperó y fue a manos de una prima de Haruko, que la plantó en el patio de su casa. La planta se convirtió en una araucaria de más de 10 metros que todos los otoños da frutos.
De ahí vienen los piñones que hoy recibí y que agradezco.

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Los piñones del Parque Pereyra Iraola despertaron el interés del padre de Haruko porque en Japón, su tierra natal,  solía comerlos. Pero el piñón araucano también crece en nuestra Patagonia y el pueblo mapuche lo considera un fruto sagrado. Es rico en proteínas, grasas saludables, hidratos de carbono, hierro y calcio.