Una buena acción
Francisco viene a las clases de taichi chuan y el miércoles contó algo que le pasó el día anterior:
-Estaba caminando por el centro y escuché los gritos de una mujer -dijo-. Me acerqué a mirar y vi a dos hombres peleando. En realidad, había un tipo enorme, más grande que yo, moliendo a golpes a otro más chico caído en el suelo. Entonces, me acerqué por detrás del grandulón, lo tomé por debajo de los brazos y lo traje hacia mí, alejándolo del otro. Al rato llegó la policía que se hizo cargo de la situación. A mí me sorprendió la facilidad con que pude mover al tipo sin hacer fuerza. Me sentí muy bien al haber podido aplicar el taichi chuan para ayudar a otra persona.
-Cuando dos personas se pelean, puede ser peligroso intervenir para separarlas -dije-. Hay que ser muy prudente porque a veces, el que se mete termina recibiendo la violencia de los dos contendientes. Sin embargo, la pelea de la que fue testigo Francisco era muy desigual e intervino de manera inteligente, acercándose por atrás para evitar golpes y auxiliando al más débil que estaba en el suelo. Además, Francisco hizo todo esto usando la fuerza justa, sin dañar a ninguno.
-Nuestra Escuela tiene principios de conducta muy claros respecto al uso del arte marcial. En chino «arte marcial» se dice Wu Shu. Shu significa arte y Wu, marcial. El ideograma Wu a su vez, tiene dos raíces: una que significa «detener» y la otra, que significa «caos». Esto resume el espíritu de lo marcial en la cultura china tradicional: detener el caos y la violencia. Entendemos el arte marcial como una herramienta para preservar la vida antes que para dañar o destruir. En nuestra Escuela, si un alumno quiere ser discípulo, se compromete a cumplir ciertos códigos de conducta que sólo permiten usar el arte marcial para defender la propia seguridad o para proteger al débil. El arte marcial no es para andar midiéndose con otros. Por eso no participamos de competencias de combate, ni de desafíos. Tampoco enseñamos a guardaespaldas, peleadores profesionales u otras personas que usan el arte marcial como medio de vida. Lo que hizo Francisco fue tres veces justo porque actuó preservando su propia seguridad, protegiendo al más débil y deteniendo la violencia. Bien hecho.
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Autor: Daniel Fresno