Chi, poder e ilusión de poder

por Daniel Fresno

Al terminar una intensa práctica de tui shou un alumno dijo:

—Haciendo esto uno se da cuenta de lo difícil que es desestabilizar o mover a alguien que no quiere ser desestabilizado ni movido. Es muy difirente a lo que muestran algunos videos de systema o de taichi en los que el maestro apenas toca con el dedo meñique al alumno y éste cae al piso con convulsiones.

—Sí, esos videos en los que el alumno avanza hacia el maestro con la intención de atacarlo y antes de tocarlo rebota contra un escudo invisible y cae al suelo. —dije—, Son expresión de gente egocéntrica que disfruta generando una imagen fantasiosa y distorsionada del arte marcial. No conozco en profundidad systema, pero creo que esos videos no representan a todos sus cultores. Estoy seguro de que, al igual que en el taichi chuan, también en systema hay muchos practicantes serios.

—Pero alguien que tiene alto nivel de chi kung, que cultivó su energía interna, puede hacer esas cosas asombrosas ¿no? —dijo una alumna.

—El haber practicado chi kung en profundidad te da una buena base para aprender cualquier arte marcial. Tener una buena base es importante, pero no lo es todo. Como en cualquier otra cosa, acá no hay magia; hay causas y consecuencias. Si vos querés ser buena en tui shou, tendrás que invertir tiempo y energía entrenando tui shou.

—La gente que practica camisa de hierro puede recibir golpes sin sufrir daño —agregó la alumna.

—Es cierto y no se puede negar que ser capaz de recibir golpes sin sufrir daño es valioso en cualquier arte marcial, pero no es todo. Si vos querés golpear con el puño cerrado sin lastimarte, tendrás que entrenar con la bolsa. Si vos querés ser buena aplicando chin na, tendrás que hacer y recibir muchas palancas.

Aunque tu nivel de chi kung sea alto, nunca vas a derribar a un adversario que no quiere ser derribado, si antes no entrenaste derribos. Lo que muestran los videos en cuestión es una fantasía, como las coreografías de las películas de Jackie Chan. Solo son posibles gracias a la complicidad del alumno, que se cae al suelo como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

—¿Y por qué hay tantos videos como esos circulando?

—Porque venden una ilusión de poder. Y los despliegues de poder son atractivos, especialmente cuando son espectaculares. La inmensa mayoría de los que se acercan a las artes marciales lo hacen buscando poder, más específicamente, poder sobre otros. El maestro que se muestra en el video derribando a sus alumnos sin tocarlos está transmitiendo este mensaje: «Si estudiás en mi escuela, algún día vas a poder hacer cosas asombrosas como esta. Sin tocarlos, tus enemigos caerán como moscas».

Cabría preguntarse por qué los alumnos aceptan ser parte de esa puesta en escena. Por la misma razón que un agente de policía obedece órdenes cuestionables de su superior; porque cree que «pagando el derecho de piso» podrá ascender y algún día llegar a comisario. Hay también otros factores psicológicos y culturales. Cuando un alumno participa de esas pantomimas está siendo parte de una experiencia de poder y eso es muy satisfactorio para algunas personas.

Yo también me acerqué a las artes marciales buscando poder sobre los demás, es decir, poder externo. Pero tuve la suerte de caer en manos de buenos maestros que me mostraron que ese camino es un callejón sin salida lleno de sufrimiento. En cambio, el camino del poder interno permite encontrar paz y un bienestar auténtico. El verdadero poder no consiste en superar y controlar a otros, sino en superar los propios límites y tomar las riendas de la propia vida. Como dice mi maestro, «el real adversario está dentro de uno»..

Gracias por escuchar.

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