Drogas, alcohol y práctica interna

por Daniel Fresno

Durante la clase de chi kung hicimos un ejercicio para conectar la respiración con la energía de la Tierra. En el descanso un alumno contó su experiencia:

—Me pasó algo raro. A medida que avanzaba el ejercicio me sentí cada vez más absorbido por el proceso y mis pies parecían despegarse del suelo, como si estuviera flotando. Era como estar «fumado»..

—¿Definirías la experiencia como agradable o desagradable? —pregunté.

—Muy agradable. Era una sensación de profunda conexión interior.

—Gracias por compartir —dije—. Esto que contás es muy ilustrativo sobre lo que pasa durante la práctica. Uno de los grandes problemas de los humanos es que levantamos muros que nos separan de nuestro mundo interno y del mundo que nos rodea. El muro interno nos separa de nuestra esencia. El muro exterior lo levantamos para defendernos de un mundo que sentimos amenazante. Esa desconexión hacia adentro y afuera genera enorme sufrimiento, e inconcientemente todos anhelamos derribar esas paredes.

Decías que era como estar «fumado» y es lógico porque la gran promesa de las drogas y el alcohol es romper esos muros que levantamos. Mientras dura el efecto, esa dolorosa sensación de desconexión desaparece y nos sentimos deshinibidos y conectados con los demás y con el universo. Sabiendo esto, para vender una cerveza los publicistas crearon la frase: «El sabor del encuentro». El aviso mostraba a varias personas jóvenes, todas juntas sonriendo y celebrando una comunión que era posible porque todos bebían esa cerveza.

Alegría y bienestar

La alegría es lo más natural cuando estamos vivos y saludables. Esto se ve claramente en los bebés, para quienes la vida es una fiesta. Cuando se sienten seguros y no tienen hambre ni sueño, su actitud natural es de alegría, asombro y celebración. Todo es nuevo, todo es motivo de disfrute, todo es descubrimiento. Así fuimos todos. Por eso los sabios taoístas decían que la buena práctica hace que el practicante vuelva a ser como un niño.

Dentro de nuestro cuerpo una compleja combinación de hormonas y neurotransmisores genera esa estado de alegría, bienestar y conexión tan común en los niños. Los endocanabinoides son sustancias que fabrica nuestro organismo y que le ayudan a recuperar el equilibrio cuando se pierde. Los endocanabinoides regulan el sueño, el apetito, el sistema inmune y alivian el estrés y el dolor. Es decir, hacen que uno se sienta bien.

Algo parecido ocurre con los opióides endógenos, de los cuales las endorfinas son las más conocidas, Nuestro organismo es capaz de generar una potente química interna de bienestar y alegría, que durante la infancia funciona con toda normalidad. ¿Por qué siendo adultos sentimos ese estado tan pocas veces?

A medida que crecemos vamos generando toneladas de ruido mental que termina ahogando esa química del bienestar y la alegría. Cada vez nos desconectamos más de nuestra esencia interior y de la belleza del mundo exterior. Solo vemos monstruos y amenazas adentro y afuera Para aliviar el sufrimiento provocado por esa desconexión la gente consume drogas y alcohol.

La tecnología de la práctica interna

La meditación, el chi kung o cualquier práctica meditativa son herramientas que aquietan la mente y suspenden ese ruido mental, permitiendo que vuelva a funcionar la química del bienestar y la alegría, Es una tecnología muy antigua pero potente. Al principio el efecto durará lo que dure la clase, pero a medida que avancemos en la práctica seremos capaces de generar ese estado interno durante más tiempo. Hay una manera de usar esta tecnología para avanzar de manera segura y, si se practica todos los días de manera conciente, el progreso es inevitable.

Alguien podría preguntar: Si volver a activar la química interna del bienestar demanda tanto entrenamiento ¿no sería más fácil recurrir a la ayuda exterior de las drogas y el alcohol, que brindan un resultado inmediato?

Consumir drogas y alcohol tiene muchas más consecuencias negativas que positivas y conviene recordarlas:.

-Alteran o anulan la conciencia, con todos los riesgos que esto implica para nosotros y los que nos rodean. En cambio, activar la química interna del bienestar a través de la práctica interna es una tarea plenamente conciente.

-Generan dependencia física y emocional de sustancias que controlan otros. Perdemos libertad y vamos arruinando nuestra salud física y mental.

-Las drogas y el alcohol, al principio parecen ser una ayuda, pero van gradualmente devorando nuestras capacidades físicas e intelectuales. En cambio, la práctica interna las potencia.

La mejor manera de romper los huevos

¿Cuántas maneras hay de romper los huevos? Básicamente dos, y están resumidas en aquella frase que dice: «Si un huevo se rompe desde afuera, la vida termina. Si se rompe desde adentro, la vida comienza». Los muros que levantamos son como la cáscara del huevo. Nos protegen, pero también nos limitan y deseamos superarlos. Las drogas y el alcohol rompen esos muros desde afuera y así, ponen en peligro la vida. La práctica interna conciente, en cambio, nos hace fuertes para poder romper la cáscara desde adentro y así, nos abre las puertas de una nueva vida. Todos deseamos que la cáscara se rompa para poder nacer; los invito a romperla desde adentro.

Gracias por escuchar.


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