Dueños de casa y visitantes
por Daniel Fresno—
El otro día, durante la clase de bagua zhang en el parque, estábamos con Ramiro practicando las piernas de bagua, una serie de ejercicios para fortalecer piernas y caderas que se realizan avanzando en línea recta. Atravesábamos nuestro lugar de práctica de una punta a la otra. En un momento se cruzó una señora y detuvimos nuestra marcha. Cuando la señora pasó, seguimos con lo nuestro. Al rato pasó otra persona e hicimos lo mismo. Al terminar esa ronda, le dije a Ramiro:
—Vos hace poco que venís acá y nunca hablamos sobre las normas de conducta en el parque. Nosotros practicamos en este hermoso sitio, que es un espacio público y nos guiamos por este principio: si se trata de obligaciones, somos dueños de casa; si se trata de derechos, somos visitantes.
¿Qué significa comportarse como dueño de casa? Por ejemplo, cuando las visitas se van de mi casa, yo limpio y ordeno todo aunque hayan sido las visitas las que ensuciaron y desordenaron. Nosotros llegamos al parque a la mañana y encontramos el piso cubierto de hojas y ramas que trajo el viento y de cosas tiradas por otras personas. Como si fuéramos los dueños del lugar, limpiamos nuestra zona de práctica y si nos queda tiempo, también limpiamos las zonas cercanas. De la misma manera, cuidamos las cosas del parque que son de propiedad pública como si fueran nuestras.
¿Qué significa comportarse como visitante? Como es un espacio público, otras personas van a pasar al lado nuestro y no corresponde tener ante ellas una actitud de dueño de casa, tipo: «Oiga ¿no ve que estoy practicando? ¿Por qué no camina por otra parte?». Ante los demás vamos a comportarnos con humildad, como si estuviéramos de visita. Si durante la práctica tenemos un rumbo de colisión con alguien que se acerca, detenemos la práctica y saludamos al que pasa con una sonrisa.
Hacer esto también es parte de nuestra práctica espiritual. Estamos fortaleciendo la paciencia y desplegando la bondad hacia todos los seres vivos. Estamos desarrollando la tan necesaria energía de la restricción, de la que hablamos tiempo atrás.
Lo mismo si estuviéramos practicando con armas. Muchas personas pueden sentirse amenazadas o inseguras al pasar cerca de alguien que está revoleando un palo o una espada. Por eso, durante toda la práctica estamos atentos al espacio que nos rodea y, si alguien se acerca, detenemos la práctica con una actitud amable y paciente.
Si al llegar al parque nuestro lugar de práctica estuviera ocupado por personas ajenas a la escuela, no vamos a reclamar derecho alguno. No vamos a decir: «Hace veinte años que vengo todos los días a practicar acá. ¿Por qué no te vas a otro sitio a hacer lo tuyo?». Simplemente, nos acomodamos donde podamos. Y si esto no fuera posible, buscamos otro lugar. Afortunadamente el parque es grande y hay lugar para todos.
La conducta de los alumnos habla sobre la calidad de la escuela. Al comportarnos de esta manera estaremos generando una imagen positiva de nuestra práctica y una buena conexión con la comunidad y el entorno natural.
Gracias por escuchar
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¡Muy bueno eso ! ¡Valores! Se necesitan valores, empatía, pensar en el otro…¡Gracias Daniel!
Gracias por escribir, María Inés.
Hola. Yo practico por las noches en una plaza cerca de mi casa. Es común que la gente pase por delante, cerca, pasen niños muy pequeños sin cuidado de los padres por sorpresa, corriendo, cuando estoy practicando con armas…
También me pasa mucho que anda la gente con perros sueltos, y como yo ando saltando y pateando y pegando, el perro se lo toma a mal y me ladra o se me viene al humo…Con los perros tipo doberman, pitbulterrier, etc, directamente paro y dejo que pasen y después sigo. Y eso que voy de noche durante la semana. Durante el fin de semana, es imposible.
Lo que más me molesta es a) los padres que no cuidan a sus niños a quienes yo les puedo partir sin querer un palo en la cabeza, y después soy el culpable yo b) La gente que te pasa muy cerca (demasiado) cuando estás practicando a full y estás re-metido c) los perros sin correa que se alteran conmigo y no sé si me van a morder, ladrar, perseguir.
Es una situación que me tenía bastante enojado.
Me comportaba como dueño de casa.
Este artículo me sirvió para cambiar mi perspectiva sobre la cuestión, y me dio herramientas conceptuales no solo para procesar esas molestias, sino para que dejen de ser molestias, y pasen a ser oportunidades de avanzar en mi entrenamiento interno.
Gracias.
Saludos cordiales.
Qué alegría saber que este texto te fue útil.
Gracias por escribir