La vida no es neutral
por Daniel Fresno—
En el encuentro de hoy vamos a dedicar el mantra a las personas que se ocupan de la limpieza de los espacios públicos. En tiempos de epidemia queda en evidencia el enorme valor de las tareas de limpieza, tanto en la prevención de la enfermedad, como en la preservación de vida.
Cuando salimos a la calle y vemos todo limpio no nos damos cuenta del trabajo que hizo posible eso. Nos damos cuenta cuando ese trabajo no se realizó. Ahí nuestros ojos y narices toman conciencia de lo sucio que está todo y de lo rápido que se acumulan las bolsas de residuos. Pero cuando la basura no está amontonada en las calles nos parece normal. Como cuando éramos chicos y nos parecía normal tener ropa limpia y seca a nuestra disposición. Pues esas calles están limpias gracias al trabajo de personas que se ocupan de recoger la basura y de barrer el espacio público todos los días.
Aún en los casos en que la basura se acumula en las calles nos cuesta tomar conciencia de nuestra parte en ese lío. Solemos pensar que son los demás los que ensucian, pero nos cuesta vernos a nosotros como generadores de basura. Como ese tipo que está en su coche, en medio de un embotellamiento, en una autopista repleta de autos que no avanzan. De pronto suena el teléfono. Es su esposa que le pregunta si va a llegar muy tarde y el tipo responde: «Sí, estoy atrapado en medio de un caos de tránsito». El tipo cree ser ajeno al embotellamiento, pero en realidad, él es el embotellamiento. Podría haber dejado el auto en casa, pero eligió sumarse al caos de tránsito y profundizarlo.
Aunque no hagamos nada, estamos todo el tiempo generando residuos. Aunque nos quedemos en la cama, estaremos respirando y, por lo tanto, emitiendo CO2. Todos los días nuestro cuerpo elimina al medio ambiente residuos en forma de pis y caca. Si comemos carne, estaremos alimentando una industria que juega un papel fundamental en la deforestación del planeta y en el calentamiento global. Si por la noche prendemos la luz, estamos consumiendo electricidad, que es generada por centrales que en su mayoría queman combustibles fósiles, que acentuan el problema de los gases de efecto invernadero.
El proceso natural de la vida implica la generación de residuos. Y el planeta tiene mecanismos naturales para reciclar esos residuos y mantener un equilibrio. El problema es que en los últimos cien años generamos más residuos que los que la Naturaleza es capaz de procesar y el equilibrio se rompió. Ese desequilibrio nos está llevando a la extinción como especie.
Alguien podrá decir: «Daniel quiere hacernos sentir culpables». Pero no; de nada sirve señalar culpables. Intento mostrar que nuestra vida en el planeta no es neutral; siempre genera un impacto. Y es muy importante ser concientes de cuál es el impacto de nuestras acciones en las demás personas y en la Naturaleza.
Esta toma de conciencia es el paso inicial para cualquier cambio positivo que querramos iniciar. Es necesario generar conciencia sobre el impacto ambiental de nuestros hábitos de consumo, que incluyen la generación de basura. Cualquier cosa que hagamos tendrá un impacto sobre nosotros y el mundo que nos rodea. Debemos decidir si queremos que sea un impacto negativo o uno positivo.
Gracias por escuchar.
Muchas gracias Daniel por compartir esta clase y hermosa charla de hoy!
Gracias por escuchar, Mirta.