Cantidad y calidad de vida
por Daniel Fresno—
Estabamos estirando los isquiotibiales al final del encuentro de Fusión y dije:
—Estirar y contraer músculos y tendones es muy importante porque mantiene en buen estado la circulación de la sangre. En mi casa tengo una manguera que uso para regar las plantas. Con el paso de los años se puso rígida y para ablandarla la amaso como si estuviera haciéndole masajes. Igual que la manguera, los vasos sanguíneos tienden a rigidizarse con el paso de los años. Esto no es bueno porque aumenta la presión arterial y dificulta la circulación. Al contraer y estirar los músculos estamos masajeando los vasos, volviéndolos más flexibles. De esta manera, mejoramos la circulación y aliviamos el trabajo del corazón.
También estamos ayudando a que la linfa circule mejor. Los vasos linfáticos no tienen una bomba como el corazón que impulse los líquidos en su interior. Por eso la circulación hacia arriba en los miembros inferiores suele ser dificultosa en las personas sedentarias. La activación de los músculos de piernas y muslos ayudan a normalizar la circulación linfática.
El tiempo corre en un único sentido; no va hacia atrás. Todos los sistemas tienden naturalmente hacia el caos y el desorden. Nuestro cuerpo envejece a cada segundo sin necesidad de que hagamos nada. El entrenamiento correcto y la alimentación y el descanso correctos ayudan a que ese deterioro natural sea más lento. Puede ser que nos mantengamos más saludables y eso es muy bueno, Pero esto que practicamos acá no va a detener el tiempo ni nos va a hacer inmortales. Un día nos vamos a morir, igual que la gente sedentaria y que tiene hábitos alimentarios dañinos.
Se preguntarán ¿para qué hacemos esto, entonces? Hay un buen motivo. Entrenamos para que nuestro cuerpo haga lo que nosotros queremos. El cuerpo es nuestro vehículo en el mundo. Cuando manejamos un auto y deseamos seguir derecho, mantenemos el volante en esa dirección. Si deseamos doblar a la izquierda, giramos el volante en esa dirección y el auto doblará hacia la izquierda. Esto nos parece tan natural que no lo valoramos. Pero ¿alguna vez les pasó de perder el control del auto? Por ejemplo, cuando el piso está mojado y el auto tiene cierta velocidad puede ocurrir que perdamos el control y el auto no responderá a nuestra voluntad. Es una situación realmente desagradable.
Estamos acostumbrados a que los pies y las piernas nos lleven a dónde deseamos ir. Estamos acostumbrados a que los esfínteres se abran o se cierren cuando lo deseamos. Estamos acostumbrados a recordar y a pensar con claridad. Tan acostumbrados estamos a estas maravillas que no las valoramos en su justa medida y no siempre realizamos las tareas de mantenimiento necesarias para que sigan funcionando bien.
Somos felices cuando la vida se desarrolla según nuestros deseos. Sufrimos mucho cuando la vida ocurre de manera diferente a nuestros deseos. Con el cuerpo y las funciones intelectuales es igual. Una de las cosas más terribles que nos pueden pasar es que el cuerpo y la mente no hagan lo que nosotros deseamos. Cuando esto ocurre la persona vive su vida como una condena porque se siente atrapada dentro de un cuerpo que no le responde.
Por eso entrenamos, por eso tratamos de alimentarnos y de descansar correctamente. No para vivir mil años de cualquier manera. Lo hacemos para tener una buena calidad de vida. para que el cuerpo y la mente nos acompañen hasta el último día.
Gracias por escuchar.
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Ser flexibles como la caña de bambú
Tal cual, Adriana.