La punta del iceberg
-Ahora vamos a hacer la forma –dije durante la clase de taichi chuan-, y les pido que pongan especial atención a qué partes del cuerpo se llenan y se mantienen estables para hacer posible que otras se vuelvan livianas y puedan moverse.
Al terminar la clase continué:
-Una de las primeras cosas que aprendemos en taichi chuan es que para poder mover una pierna, primero debemos trasladar el peso a la otra. La pierna que se mueve para dar un paso o una patada, puede hacerlo porque hay otras estructuras que se mantienen quietas, dándole estabilidad y haciendo posible ese movimiento.
-El ojo registra lo que se mueve y, a menos que esté entrenado, no ve lo que está quieto sosteniendo y estabilizando. Vemos la punta de iceberg, pero se nos escapa todo lo que está debajo de la superficie.
-En las peleas, los golpes llaman la atención, pero no nos fijamos en la sólida estructura que hace posible que el puño llegue con fuerza. Algo parecido ocurre con el cañón. Se trata de un cilindro de metal que está abierto en un extremo. Dentro del cilindro está la pólvora y la bala. Cuando la pólvora explota, la bala sale disparada por la abertura del cilindro. ¿Pero qué pasaría si el cañón fuera de cartón? Al explotar la pólvora el cañón estallaría como un petardo y la bala no saldría disparada. Gracias a que las paredes de metal del cañón son sólidas y aguantan, la energía de la explosión sale por el sitio donde encuentra menor resistencia, que es la boca del cañón, impulsando la bala hacia fuera.
-Siempre que una parte del cuerpo se mueve de manera segura y eficaz, es porque otra parte está fija, dándole estabilidad. Este es un principio muy importante que vamos a encontrar en todas las áreas de la vida, no sólo en el taichi chuan .
-Lo sabía muy bien Isaac Newton, por eso cuando le preguntaron cómo hizo para llegar tan lejos respondió: “Si he logrado ver más lejos, fue porque estoy parado sobre los hombros de gigantes”. El gran físico tenía claro que sus logros fueron posibles gracias al trabajo de los científicos que lo precedieron.
-Pensemos en algún músico talentoso y famoso. Disfrutamos de su música, somos testigos de su enorme popularidad y de su éxito económico, pero no siempre pensamos en el tiempo y esfuerzo que ese artista dedicó a ensayar para perfeccionar su técnica. ¿Cuántas veces se quedó en casa a practicar su instrumento mientras sus amigos iban a fiestas? ¿Cuántos sacrificios hicieron sus padres para que pudiera estudiar con los mejores profesores?
-César Milstein era un científico argentino. Lo conocemos porque en 1984 ganó el Premio Nobel de Medicina. ¿Pero sabemos cuánto esfuerzo dedicó a estudiar química? ¿Qué sabemos sobre los padres de Milstein? Obtener el doctorado en química no es tarea sencilla y sin el estímulo y el sostén de sus padres tal vez Milstein nunca hubiera llegado al final de la carrera. Habiendo nacido en un hogar humilde, la universidad pública y gratuita sin duda fue otro factor que hizo posible que el genio de Milstein alcanzara toda su plenitud.
-Es muy importante darse cuenta de cuáles son los cimientos sobre los que se fundan las cosas, tanto las positivas como las negativas. Hablábamos de músicos y científicos famosos. Pero ¿qué pasa con la gente o los procesos que provocan sufrimiento y destrucción? ¿De qué manera y sobre qué bases se construye algo indeseable?
-Esto cobra especial vigencia en estos días en que se discute la emergencia climática. Las condiciones que hicieron posible la aparición de la vida humana sobre la Tierra están cambiando y de seguir en este rumbo, pronto será imposible vivir aquí. El calentamiento global es un fenómeno sobre el que los científicos vienen advirtiendo desde hace muchos años. Pero los Estados y las grandes corporaciones, que son los que tienen el poder para diseñar, planificar y aplicar políticas ambientales se hacen los distraídos. Por eso es tan valioso el ruido que está haciendo Greta Thunberg y los activistas de Jóvenes Por El Clima. Si no se hace mucho ruido, nadie va a iniciar acciones efectivas al respecto.
-Los países más poderosos y las clases más altas rechazan cualquier cambio en el modelo energético y de consumo que implique perder sus actuales privilegios. Pero la gente común que pide a los gobiernos políticas para limitar el uso de combustibles fósiles ¿es conciente de los profundos cambios que sufrirá su vida si esos cambios se llevaran a cabo?
-El problema es el capitalismo –dijo Silvina-. Más que reformas, hace falta cambiar el sistema.
-No hay dudas de que el actual sistema conduce a la extinción de la Humanidad. El problema es que nosotros también somos parte del sistema. Pero creo que cuando pedimos su abolición sólo tenemos en cuenta sus aspectos negativos. Sólo vemos la punta del iceberg. ¿Nos detuvimos a pensar en cuántas cosas positivas del actual sistema estamos disfrutando y vamos a perder el día que lo tiremos abajo? Cualquier cambio positivo en el actual sistema implicará restricciones importantes en el consumo y en el suministro de energía. ¿Estamos dispuestos a tolerar cortes programados de energía? ¿Vamos a aceptar la prohibición de usar automóviles y que el único medio de transporte permitido sea el público? ¿Vamos a aceptar que el Estado nos diga cuántos hijos podemos tener? ¿Estamos dispuestos a renunciar al aire acondicionado en verano?
-Creo que es necesario un cambio urgente en el actual sistema y que ese cambio implicará escasez y límites estrictos. Será una excelente oportunidad para aplicar la energía de la Restricción. Conviene empezar a prepararse desde hoy.
-Gracias por escuchar.
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Autor: Daniel Fresno