¿Por qué barren ?

barrer

por Daniel Fresno

Antes de empezar la clase de taichi chuan me puse a barrer el piso. Al poco tiempo llegó Martín y se ofreció a seguir barriendo. Silvina es una alumna nueva y al vernos, preguntó:

—¿Por qué barren?

—Barrer el piso es una actividad que reporta muchos beneficios —dije—. Para empezar, el más evidente, nos permite practicar en un lugar limpio por el cual podremos movernos con libertad. Por otro lado, el barrer el piso es una perfecta metáfora de la limpieza de la mente que necesitamos hacer todos los días. Nuestra mente es como un escritorio. Están los cajones donde guardamos elementos necesarios y está el plano superior, que es esa superficie sobre la que hacemos los trabajos. El plano superior debe estar vacío, de lo contrario es muy difícil trabajar bien. Lo que ocurre con nuestra mente-escritorio es que solemos tener el plano superior lleno de cosas, y estamos tan acostumbrados a ese “ruido” mental que no lo registramos. Por eso, cuando barremos recitamos el mantra en silencio y cada baldosa del piso que limpiamos es una porción de nuestro escritorio mental que queda libre. Hacer esto todos los días ayuda a tener una mente más ágil y eficiente.

Otra ventaja de barrer es que nos permite practicar la humildad y así aprendemos a domesticar el ego. A nuestra escuela vienen personas de todos los niveles sociales y no importa si uno es jubilado, maestra de escuela o  empresario, todos pueden barrer el piso. Quiero aclarar que esta tarea no es obligatoria. Están todos invitados a traer su escobillón y barrer, pero sólo barre el que quiere. Quien no desee hacerlo no será discriminado, de la misma manera que quién elige barrer no tendrá privilegios especiales.

Otro beneficio del barrer es que nos enseña a lidiar con la dualidad. Al llegar al parque nos encontramos con el piso sucio, por las hojas que cayeron de los árboles o por cosas que dejaron otras personas. Podemos pensar que no fuimos nosotros los que ensuciamos el piso y que barrerlo no sería justo. Pero lo barremos igual y al hacerlo trascendemos la dualidad de lo que «es justo» y lo que «no es justo». Trascendemos la dualidad de lo que ensucié «yo» y lo que ensuciaron «los demás». Trascendemos la dualidad entre «esto me gusta y por eso lo hago» y «esto no me gusta y por lo tanto no lo haré».

Al barrer nuestro sitio de práctica estamos dando un ejemplo positivo a los demás. Los que dejan su basura en lugares públicos no lo hacen por maldad; lo hacen porque están habituados a hacerlo. El que ensucia lo hace porque cuando era chico vio a sus mayores hacerlo, a sus amigos y a otra gente.  Si queremos modificar esa conducta, de nada sirve indignarse, criticar o decirle a los demás lo que deben hacer. La única manera de influir sobre los demás es a través del ejemplo. Cuando barremos nuestro sitio estamos mostrando al mundo que hay otra manera de relacionarse con el espacio público. Estamos ayudando a hacer del planeta un lugar mejor. Hay mucho más para decir sobre el barrer, pero lo dejaremos para otra clase.

Gracias por escuchar.