La gran antena

por Daniel Fresno

—Durante la práctica buscamos mantener la columna vertebral amablemente erguida —dije durante la clase de bagua zhang—. En sus dos libros sobre bagua zhang el maestro Wang Shu Jin aconseja retraer el mentón y elevar la coronilla hacia el cielo. Dice: «La cabeza es el líder del cuerpo cuando se dirige hacia el cielo, permitiendo que la energía fluya libremente por la espina dorsal» (1)

Muchos textos clásicos del taichi chuan recomiendan lo mismo. También adoptamos esa actitud cuando nos sentamos a meditar, cuando hacemos zhan zhuang, o ahora mismo, mientras estamos en cuclillas. Estar en cuclillas nos obliga a cierta inclinación del torso hacia adelante, eso es inevitable, pero igual nuestra intención es mantener la columna lo más vertical posible. Por eso, en lugar de mirar el piso, miramos hacia el horizonte y buscamos extender la porción torácica de la columna. Los malos hábitos posturales mantienen la columna torácica encorvada, por eso bajamos a la postura de cuclillas, que ayuda a corrigir desviaciones y mantiene la columna sana y flexible.

Columna erguida y desplegada

Buscamos dos cosas respecto a la columna vertebral: mantenerla amablemente erguida y al mismo tiempo, estirada. Erguida quiere decir que alineamos el cráneo y las vértebras de la manera más eficiente respecto a la fuerza de gravedad. Eso nos permitirá mantener una postura relajada. Cuando la columna se inclina, por ejemplo al mirar el celular, varios grupos musculares se activan para que la cabeza no se caiga. Si esa inclinacion se mantiene durante mucho tiempo, se producen contracturas y dolor. Por eso al mantener la columna vertical estamos ahorrando energía y evitando rigideces.

Cuando digo «estirada» me refiero a una intención que busca alargarla, que busca generar espacio entre una y otra vértebra. En lugar de comprimir la.columna, buscamos expandirla, como si fuera una planta que busca crecer hacia el cielo.

A lo largo de la columna salen ramales nerviosos que comunican el cerebro con el resto del cuerpo. Mantener en buen estado estos ramales hará que nuestra vida sea más plena y saludable. Por el contrario, la compresión de las vértebras y los malos hábitos posturales afectarán a estos nervios, generando un funcionamiento pobre de todo el sistema, malestar, dolor y enfermedad. Esos ramales nerviosos tienen doble circulación, por ellos viaja información del cerebro hacia los órganos y de los órganos hacia el cerebro.

La columna vertebral funciona como una gran antena. Y al igual que las antenas de las radios antiguas, capta mejor la información si se encuentra desplegada al máximo. La información que capta la columna no es únicamente, como vimos recién, la interna que circula entre cerebro y órganos. La columna vertebral capta también la información que llega del mundo que nos rodea. La calidad de nuestra percepción del universo interior y del exterior depende del buen estado de la columna.

Estado de ánimo y seguridad en la calle

Además, una columna vertebral amablemente erguida tiene un potente efecto sobre el estado de ánimo. Solemos pensar que nos paramos derechos porque nos sentimos vitales, positivos y despiertos, y eso es cierto. Pero si cuando estamos deprimidos observamos nuestro lenguaje corporal, especialmente la postura de la columna, veremos que está «jorobada». En esos casos, erguir amablemente la columna genera un efecto estimulante sobre el estado de ánimo. Schulz, el autor de «Peanuts» dibujó una tira en la que Carlitos estaba cabizbajo. Apareció su hermana y le dijo: «Estás encorvado ¿Por qué no te parás derecho?». A lo que Carlitos respondió: «Es que si me paro derecho voy a arruinar mi depresión».

Lo mismo ocurre con la sonrisa. Creemos que la sonrisa es resultado de un estado interno positivo, y es cierto. Pero al igual que la postura de la columna vertebral, funciona en ambos sentidos. Generar una sonrisa y sostenerla en el tiempo cuando nos sentimos bajoneados tendrá un efecto positivo sobre nuestro estado de ánimo.

Una columna erguida, además ayuda a preservar la seguridad en la calle. Los delincuentes comunes observan atentamente y atacan a los más vulnerables. Entre todas las variables que evalúa el depredador antes de elegir a su víctima está la actitud corporal. Alquien que camina con la columna erguida es una persona atenta y con capacidad de respuesta. En cambio, quien va por la calle con la espalda encorvada y mirando el piso transmite una imagen de fragilidad y falta de atención, Eso lo convierte en presa fácil a los ojos del delincuente.

En resumen, mantener la columna vertebral amablemente erguida y flexible ayuda a conservar la salud, aumenta la percepción, tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo y promueve la seguridad en la calle.

Gracias por escuchar.

(1). «Bagua Linked Palms» de Wang Shu Jin. Traducido por Kent Howard y Chen Hsiao-Yen. Página 7.
Ed. Blue Snake Books


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