La técnica infalible y secreta

por Daniel Fresno

En la clase de bagua zhang practicamos dos ejercicios en pareja para lidiar con golpes a la cara. Durante el descanso dije:

—Estos ejercicios que practicamos son herramientas. Ustedes vieron cómo son las herramientas: son instrumentos que sirven para cierta tarea en especial. Por ejemplo, el destornillador es excelente para poner y sacar tornillos. Para esa tarea el destornillador es lo mejor que hay. También puede servir para hacer un agujero en la tierra, pero no es la mejor herramienta para eso. En cambio, el destornillador es inutil para tomar la sopa. Si alguien que no sabe para qué sirve el destornillador intentara usarlo para tomar la sopa seguramente dirá: «el destornillador no sirve para nada». Y no es cierto, hay ciertas tareas para las cuales es perfecto.

Con esto quiero decir que las herramientas no son absolutas. En ciertas circunstancias son muy útiles; en otras son más o menos útiles; y en otras circunstancias no sirven para nada. Sucede lo mismo con las técnicas del arte marcial, que también son herramientas. Una técnica es muy efectiva en ciertos casos, pero es totalmente inútil en otros. La clave está en saber cuándo conviene usarla y cuándo no.

Otro factor fundamental es la destreza de quien maneja la herramienta. Sabemos para qué tareas es útil el destornillador, pero si no sabemos manejarlo, nos generará más problemas que soluciones. En el arte marcial es igual. El maestro nos muestra cómo se usa la técnica y nosotros, a través de la práctica sistemática y conciente, nos vamos haciendo expertos en su aplicación.

Queda claro entonces que la efectividad de una técnica depende de dos factores: saber para qué sirve y saber cómo usarla, Todo este conocimiento se adquiere y perfecciona durante la práctica en pareja, que es el laboratorio donde se experimenta y se pone a prueba la utilidad de la herramienta y la destreza de la mano que la maneja. Nada de esto sería posible si la herramienta, es decir, la técnica, se mantuviera oculta, dentro de una bóveda secreta.

El secretismo

En el arte marcial chino existe el mito de la «técnica secreta». Muchos maestros se presentan a sí mismos como poseedores de poderes secretos infalibles, a los que solo podrían acceder sus discípulos más avanzados. Supuestamente la «técnica secreta» le daría a su poseedor la supremacía marcial, porque los demás no la conocen y por lo tanto, no saben cómo neutralizarla.

Este secretismo es una antigua técnica de marketing que le hizo mucho daño al arte marcial chino. El boxeo occidental tiene solo cuatro golpes de puño y el fabuloso desarrollo y enriquecimieto técnico que experimentó en los últimos 150 años fue posible gracias a que esas cuatro técnicas se divulgaron sin restricciones y fueron puestas a prueba por millones de personas.

En los comienzos del jiu jitsu brasileño, las técnicas de los Gracie eran poco conocidas fuera del ámbito familar y eso les dio una clara supremacía sobre los demás. Pero a partir de los años 90 el jjb se esparció por todo el mundo. Esto hizo que los Gracie perdieran aquella supremacía inicial, pero enriqueció su arte marcial al ser puesto a prueba y perfeccionado en un inmenso laboratorio global formado por practicantes de todo el planeta.

El factor económico

Algunos defienden el secretismo alegando que así el maestro se asegura buenos ingresos, como un músico que cobra por sus derechos de autor. La leyenda de la «técnica secreta» puede atraer nuevos alumnos a la escuela y puede servir para cobrar más: «Si deseas conocer mi técnica secreta deberás pagar más que los demás». Pero los datos de la realidad muestran otra cosa. Los buenos profesores de boxeo siguen teniendo muchos alumnos a pesar de que las técnicas son conocidas por todos. Los Gracie tienen un buen pasar y abrieron dojos en todo el mundo gracias a la enorme difusión que le dieron a su estilo.

Como ocurre con el software de código abierto, que es constantemente mejorado por una comunidad mundial de expertos, el arte marcial solo puedo florecer si se enseña abiertamente y se promueve el intercambio.

Lo que ocurre con la «técnica secreta», si realmente existe y no es una fábula, es que el maestro se la muestra a un alumno de confianza que actúa de manera complaciente y que, justamente para mantenerla en secreto, no la practica ni la pone a prueba. De esta manera la «técnica secreta» se marchita y muere como una flor que es mantenida en un cuarto cerrado y sin ventanas, para que nadie la robe.

Por más perfecta que parezca una técnica, nunca será infalible. Todas las técnicas pueden ser neutralizadas por otras técnicas. Esto se descubre sólo cuando se la practica abiertamente y se la pone a prueba. Cuando no se experimenta a fondo es cuando surge la fantasía de la «técnica secreta infalible».

El conocimiento más profundo y valioso no es necesario esconderlo; se protege a sí mismo haciéndose invisible a los ojos de las personas no virtuosas. Mi maestro me reveló el secreto más valioso y potente de la escuela el primer día de clase, cuando me dijo: «Si usted quiere progresar en el arte marcial debe practicar con disciplina, paciencia y concentración». En todos los años que estuve a su lado se lo escuché repetir mil veces ante decenas de personas. Solo unas pocas lo escucharon y accedieron al secreto.

Gracias por escuchar.


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