Recuperar al niño

El domingo pasado Silvina nos recordó que era el Día del Niño -dije durante la clase de taichi chuan-. El taoísmo, uno de los  tres pilares sobre los que descansa el pensamiento tradicional chino, propone regresar a la niñez y recuperar la inocencia y la simplicidad características de esa etapa de la vida como una forma de avanzar en el cultivo espiritual. Además de la inocencia y la simplicidad ¿qué otros atributos son característicos de la infancia?

-La sinceridad, la espontaneidad, la capacidad de jugar, la flexibilidad -dijeron diferentes alumnos.

-Agregaría la capacidad de aprender -dije-. Los chicos son como esponjas que absorben todo lo ven y escuchan. También la alegría y especialmente, la sonrisa. Todos estos atributos están relacionados con el lado luminoso de la niñez, pero también hay un lado oscuro del que hablaremos después.

-Con el paso de los años vamos saliendo de la niñez y empezamos a asomarnos al mundo adulto y ahí perdemos la inocencia. Descubrimos que el mundo puede ser injusto, cruel y que tenemos que cuidarnos a nosotros mismos porque ya no tenemos quien nos cuide. Descubrimos que es necesaria la disciplina y que hay que respetar las reglas del mundo adulto para poder sobrevivir. Pero al ser adultos también aprendemos a amar. Es decir, dejamos de pensar únicamente en nosotros y empezamos a desear y a actuar en pos del bienestar y la felicidad de otra persona.

-Algunos ven la infancia como un estado casi perfecto de pureza y sabiduría y creen que entrar en la vida adulta implica volverse cruel y corrupto. Muchas personas, aferradas a modelos infantiles son incapaces de madurar. Pero ni la niñez es un paraíso y la vida adulta es un infierno. Aprender a ser adulto es una tarea costosa pero indispensable para crecer como persona y lograr una vida autónoma en el mundo real.

-La clave está en, luego de haber adquirido los saberes del mundo adulto, recuperar el aspecto luminoso de la infancia. Los niños pueden ser egocéntricos, caprichosos, tiránicos e irresponsables. No son esos los atributos que el taoísmo propone recuperar. El desafío es recuperar la inocencia, la simpleza, la alegría, la flexibilidad fisica y mental, la capacidad de jugar y de aprender siempre algo nuevo. De esta manera seremos capaces de fusionar dentro de nosotros los opuestos, el adulto y el niño; de eso se trata la alquimia interna. Al abrazar al niño y al adulto seremos capaces de enfrentar la vida, como dice la frase, esperando lo mejor, preparados para lo peor y aceptando lo que venga.

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Autor: Daniel Fresno