Mi querido aburrimiento

por Daniel Fresno

Hoy quisiera hablar sobre el aburrimiento. La definición de aburrimiento es: «cansancio del ánimo originado por la falta de estímulo o distracción». Es una sensación conocida por todos. Cuando nos sentimos aburridos buscamos algo que nos entretenga, buscamos estímulos. La industria del entretenimiento satisface esa necesidad de estímulos nuevos. ¿Por qué es tan popular netflix? Porque ofrece contenidos nuevos todo el tiempo. Imaginen que netflix fuera una plataforma con una cantidad importante de buenas películas y series, pero que son siempre las mismas. Sería algo así como un museo. ¿Sería tan popular como lo es ahora? Creo que no.

¿Realmente conocemos lo que creemos conocer?

A pesar de que las cosas nuevas son atractivas, volver a leer un buen libro o volver a mirar un cuadro o una película que ya vimos nos permite adentrarnos en detalles de la obra y descubrir cosas que antes no habíamos visto. Es decir que podemos encontrar cosas nuevas en lo que ya conocemos. La pregunta es ¿realmente conocemos lo que creemos conocer?

Yo suelo mirar la película «El Padrino» y en cada lectura descubro algo nuevo y sorprendente. ¿A qué se debe esto? Una buena obra no cambia; es profunda, pero es siempre la misma. La que cambia es mi percepción de la obra. Cada nueva lectura se construye sobre la lectura anterior y a su vez sienta las bases para las próximas lecturas. De esta manera, en cada nueva lectura voy descubriendo capas más profundas de la obra. Esto solo es posible volviendo una y otra vez sobre lo «ya conocido». Si por el contrario, ando buscando siempre estímulos nuevos, me perderé la oportunidad de tener un conocimiento profundo y completo.

Donde va la atención, va la energía

El mercado busca vendernos cosas que no necesitamos. Por eso nos ofrece estímulos y productos nuevos todo el tiempo. De esta manera opera sobre nuestra codicia y envidia. Comprar algo nuevo satisface mi deseo de poseer más cosas (codicia), pero además me brinda una efímera pero potente sensación de superioridad ante los demás (envidia). Ese producto es «nuevo» y eso significa que lo poseen pocas personas. Si yo lo compro ahora, por un tiempo seré el único poseedor, y todos me van a envidiar.

Miles de años atrás los sabios taoístas descubrieron que adonde va la mirada, va la atención; y adonde va la atención, va la energía. Por eso en la sociedad actual hay una verdadera guerra por la atención de las personas. Las corporaciones luchan por captar nuestra atención, porque saben que así estarán captando nuestra energía. El dinero es una forma de energía.

¿Alguna vez vieron un diario de hace cien años? Casi no tenía imágenes. Era todo texto, con una letra muy pequeña. Esos periódicos exigían un nivel de atención enorme si los comparamos con los actuales, donde la imagen tiene mucha presencia y los textos son más breves. Cincuenta atrás las series de televisión contaban una única historia en cada capítulo. En una serie de hoy se cuentan dos o tres historias simultáneamente. Cada vez los estímulos son mayores y cada vez la atención es más incapaz de sostener el enfoque.

Nos fuimos acostumbrando al constante bombardeo de estímulos, de manera que cuando dejamos de recibirlos experimentamos una sensación desagradable que llamamos «aburrimiento». Eso se ve mucho en los niños que se quejan de estar aburridos y los padres buscan atiborrarlos de estímulos para «desaburrirlos», como si así estuvieran evitándoles un trauma psicológico.

El aburrimiento abre las puertas de la creatividad

Pero es muy valioso explorar la experiencia del aburrimiento. Si nos damos la oportunidad de enfrentar cara a cara al aburrimiento descubriremos que no es tan terrible como lo imaginamos. Por el contrario, el aburrimiento abre las puertas de la creatividad. Al dejar de buscar nuevos y estridentes estímulos tendremos la oportunidad de descubrir las maravillas que están ocurriendo dentro y alrededor nuestro, pero que no somos capaces de ver.

Por ejemplo, la respiración, ese maravilloso proceso que nos mantiene vivos. ¿Somos plenamente concientes de cómo ocurre nuestra respiración? ¿Exploramos todas las posibilidades que la respiración nos brinda para regular los estados de la mente y el cuerpo? ¿Mantenemos nuestro sistema respiratorio despejado de obstrucciones y en buen estado? Lamentablemente, la desconexión respecto a nuestra respiración hace que ésta se vuelva cada vez más débil y, en lugar de ser fuente de salud y bienestar, se transforma en puerta de entrada de enfermedades.

Lo mismo ocurre con la alimentación. Este acto tan fundamental para la vida, la mayoría de las veces lo realizamos de manera inconciente. Llevamos al plato comida elaborada por manos desconocidas y al momento de comer volcamos la atención hacia estímulos externos. De esta manera, la alimentación, en lugar de ser fuente de salud y bienestar, se transforma en causa de sufrimiento.

Pero no solo estamos desconectados de nosotros. La adicción a los estímulos nuevos también afecta la conexión con los seres que nos rodean. Muchas personas «se aburren» de su pareja luego de un periódo inicial en el que todo es nuevo y excitante. Algunos personajes de Woody Allen muestran muy bien este rasgo. Incapaces de explorar en profundidad el vínculo con la otra persona, empiezan a buscar nuevas relaciones.

Nuestra práctica apunta a fortalecer la atención y transformarla en concentración. La mejor manera de lograr esto es volviendo una y otra vez, de manera conciente, sobre lo «ya conocido» hasta descubrir su esencia. Por eso en nuestras clases hay tan pocos contenidos «nuevos» y en cambio, repetimos tantas veces «los mismos» ejercicios. Pongo entre comillas los mismos, porque al practicar con concentración descubrimos que nunca son los mismos. Superar la adicción a los estímulos nuevos y practicar con concentración es la única manera de conocer en profundidad quiénes somos y captar la esencia del universo que nos rodea.

Gracias por escuchar.