No es magia

por Daniel Fresno

—El otro día una integrante de esta comunidad contó que estaba muy satisfecha y agradecida con la práctica —dije durante el encuentro de Fusión—. Contaba que todos los inviernos solía enfermarse, pero que desde que empezó con taichi chuan y entrenamiento fusión, eso dejó de ocurrir.

Escuchar esto me dio mucha alegría. Ver que los alumnos experimentan cambios positivos en sus vidas es algo muy estimulante. Pero es importante comprender que estos logros no ocurren por arte de magia, son resultado de una práctica conciente sostenida a lo largo del tiempo. Digo esto porque es habitual recurrir al pensamiento mágico en cuestiones de transformación personal. Algunos están disconformes con la situación en que se encuentran y buscan un cambio en su vida, pero no están dispuestos a hacer el trabajo que esa transformación exige. Es ahí donde aparece el pensamiento mágico haciéndoles creer que la transformación puede darse por la intervención de factores externos o de otras personas

Por ejemplo, hay quienes sufren las consecuencias del sedentarismo y les gustaría hacer algo al respecto. Entonces, se anotan en un gimnasio y creen que al inscribirse y pagar la cuota e ir un par de veces están «haciendo algo» contra el sedentarismo. Muchos gimnasios se aprovechan de este pensamiento mágico y cobran 6 meses por adelantado, sabiendo que la mayoría de los que pagan solo van a usar las instalaciones durante las primeras semanas.

Otras personas sienten que sus vidas están vacías o carentes de sentido y empiezan a ir a la iglesia o buscan un guía espiritual. Recitan oraciones y realizan rituales y donan dinero, pero todas estas acciones son algo externo. En su interior no se produce una transformación auténtica y al salir de la iglesia siguen haciendo lo mismo de siempre. Intimamente creen que al ir a la iglesia o al estar cerca del guía espiritual van a estar «protegidos» contra el vacío existencial.

Hay que reconocer que este engaño muchas veces es impulsado por los guías espirituales, que se presentan a sí mismos como representantes o mediadores de algún poder superior. Son esas personas que te dicen: «Tenías bloqueado el chakra del corazón, pero ya lo desbloqueé», «Todos tus problemas se deben a que alguien te hizo un ·trabajo·, pero no te preocupes, ya lo deshice». El mensaje que transmite esta gente es: «No hace falta que usted haga nada, yo me ocupo de todo», y esto resulta muy atractivo para las personas que están sufriendo, pero no quieren o no pueden modificar las causas de su sufrimiento.

Cuando no somos concientes de nuestro poder de auto-transformación, no lo ejercemos y cedemos el poder a otros, al médico, al guía espiritual, al pastor, creyendo que ellos van a provocar el cambio que necesitamos. Con esto no estoy diciendo que los médicos, los pastores o los guías espirituales no sirven; todos ellos cumplen una función necesaria. Sin duda es indispensable encontrar un buen maestro que nos guie, pero si queremos que ocurra una transformación real en cuerpo y mente, somos nosotros los que tenemos que hacer el trabajo, con disciplina, paciencia y concentración. Años atrás, durante una clase particular, le conté a mi maestro cómo había cambiado mi vida de manera positivia gracias a sus enseñanzas. Él respondió: «Es importante que el maestro enseñe bien, pero por más sabias que sean sus enseñanzas, no darán fruto si el alumno no las escucha, las hace suyas y las lleva a la práctica».

También es importante comprender la importancia de la práctica sostenida. Algunas personas empiezan a practicar buscando un cierto resultado y, una vez alcanzado ese resultado, abandonan. A través de la práctica virtuosa obtenemos resultados virtuosos. Y esos resultados se mantienen y aumentan mientras se sostiene la práctica. Cuando se pierde la práctica, lentamente se pierden los resultados.

La magia es un arte que pretende generar resultados contrarios a las leyes naturales. Estamos tan desconectados de la Naturaleza, la interna y la que nos rodea, que cuando vemos a un practicante empezar un proceso de verdadera auto-trasformación, creemos que está haciendo magia. Pero no es magia, es kung fu, es decir, entrenamiento conciente sostenido a lo largo del tiempo.

Gracias por escuchar.

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