Egocentrismo e independencia

por Daniel Fresno

—Hace poco un alumno pidió que le recomiende algún libro sobre budismo —dije durante la clase de chi kung del 9 de julio—. Le pregunté para qué y me dijo que quería estudiar budismo. Entonces le sugerí que venga a hacer Limpieza Conciente, que es una muy buena práctica budista y que puede ser más reveladora que cien libros..

Limpieza Conciente es lo que hacemos antes de empezar la clase de bagua zhang y antes de la de taichi chuan. Barremos el lugar de práctica, quitamos las hierbas que crecen entre las baldosas y limpiamos el camino de ladrillo triturado. Hoy un alumno preguntó: «¿Por qué hacemos esto?». Hacemos la Limpieza Conciente porque es una potente herramienta para domesticar el ego.

Veamos en detalle esta actividad; limpiamos y ordenamos el sitio de práctica y las zonas aledañas dentro del parque. ¿No hacemos lo mismo cuando limpiamos nuestra casa? No, porque al ser nuestra casa, obtenemos un beneficio a cambio de esas tareas. Si lavamos los platos, al otro día cuando llegue la hora de comer tendremos platos limpios. Si lavamos la ropa, tendremos ropa limpia para ponernos. En el caso de la Limpieza Conciente no recibimos nada a cambio. Limpiamos y hacemos orden en un espacio público donde otros se van a beneficiar de nuestro trabajo. Estamos dando sin esperar recibir retribución. Estamos invirtiendo en pérdidas. Por eso decimos que es una herramienta para domesticar el ego. Porque el ego busca ganar y trata de no perder. Cuando estamos muy centrados en el ego solo pensamos en cuál será nuestra ganancia, en cuánto ganarán los demás y, si no hay una ganancia evidente o si los demás ganan más, nos sentimos mal.

¿Cómo me doy cuenta si una actividad sirve para domesticar el ego? Porque no me gusta hacerla y si me imagino haciéndola, siento algún tipo de rechazo o incomodidad. Si quiero avanzar en el camino espiritual puedo intentar hacer cosas que me resultan incómodas o desagradables. Si la Limpieza Conciente me despierta pensamientos como «esa tarea no es para alguien de mi nivel», «yo no trabajo gratis para otros», «no quisiera que mis amistades me vieran haciendo eso», «hacer esto es tonto y yo no hago tonterías», es señal de que me conviene hacerla.

Si en cambio realizo la Limpieza Conciente con la expectativa de obtener un reconocimiento del maestro o una posición de privilegio respecto a mis compañeros de práctica, estoy otra vez bajo el control de la mente especulativa, que calcula siempre cuánto voy a ganar y cuánto voy a perder. En este caso la Limpieza Conciente deja de ser una herramienta para domesticar el ego.

El Día de la Independencia

Nos interesa aprender a domesticar el ego porque el 99,99 % del sufrimiento que experimentamos en la vida tiene su origen en el egocentrismo. Y este tema tiene especial vigencia hoy, 9 de Julio. La independencia que nuestros antepasados lograron con tanto esfuerzo está en riesgo. La independencia es bella pero implica una responsabilidad: ser capaces de dejar de lado los egoísmos y elaborar un proyecto de Nación que incluya a todos.

Hoy nuestra sociedad está fracturada y perdió la voluntad de construir un proyecto común.. El egocentrismo juega un papel decisivo en esta crisis. El ego discrimina, separa y levanta murallas. El egocentrismo genera ideas excluyentes que hoy amenazan nuestra existencia como país independiente. Cada vez es más habitual escuchar a personas influyentes proponiendo eliminar a otros. Hace poco un actor famoso dijo que su más grande anhelo es ver desaparecer a un sector de la sociedad. La idea cada vez más difundida de que la solución a los problemas consiste en eliminar al otro es el germen de las grandes matanzas y guerras civiles.

Los líderes políticos, económicos, sindicales, religiosos, culturales y mediáticos están intoxicados de egocentrismo y solo piensan en salvarse a sí mismos. Pero ellos no son los únicos responsables. Los dirigentes no vienen de otro planeta; nacen del seno de la sociedad. Una sociedad educada en el egocentrismo genera líderes egocéntricos. Pero si bien todos tenemos un grado de responsabilidad en la crisis, la responsabilidad de los dirigentes es mayor. Porque ellos son el modelo que sigue el resto de la sociedad. Porque ellos conducen y por eso pueden torcer el rumbo hacia un destino mejor.

—¿Es posible ser un líder sin ego ? —preguntó una alumna.

—No. El ego es necesario para vivir en sociedad y nuestra práctica no pretende matar al ego. Las personas comunes necesitamos el ego y los líderes también. Lo importante es comprender que el ego es solo un recurso, una máscara que a veces nos ponemos en el teatro de la vida. Si no comprendemos esto, el ego, en lugar de estar a nuestro servicio, se transforma en un amo tiránico, y terminamos dedicando toda nuestra energía a alimentarlo. Un líder necesita ego para conducir, pero si no tiene suficiente amor y sabiduría, terminará convirtiéndose en su esclavo. Cuando esto ocurre el líder está únicamente al servicio de su ego y no de un proyecto colectivo. Necesitamos líderes con amor y sabiduría.

Gracias por escuchar.


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