Longevidad e inmortalidad

por Daniel Fresno

—En los textos taoístas clásicos se habla mucho de longevidad y también de lograr la inmortalidad. ¿Cuánto hay de cierto en eso? ¿Es posible alcanzar la inmortalidad? —preguntó un alumno.

—Así como el budismo se dedicó a estudiar en profundidad la mente, el taoísmo dedicó sus mejores esfuerzos a estudiar el cuerpo y la energía vital. Por eso hay tantas prácticas taoístas orientadas a fortalecer la salud, superar enfermedades y lograr una longevidad vital. ¿Qué es una longevidad vital? Es vivir una vida larga, pero también plena. No es vivir muchos años una vida penosa. La ciencia moderna hizo un gran aporte a la longevidad al aumentar la expectativa de vida, y eso es bueno. Pero también generó una cultura de prolongar la vida a veces de manera absurda. En muchos casos, en lugar de permitir que la persona muera en paz en su casa, se la somete a prácticas médicas que no hacen más que prolongar el sufrimiento. Esto no es culpa de la medicina; es resultado de un profundo miedo a la muerte arraigado en la sociedad.

La longevidad de los textos taoístas apunta a lograr una vida larga, saludable y plena, pero también auto-sustentable. Los Seis Remedios Milagrosos son un buen resumen del saber taoísta sobre la salud. Siguiéndolos. podemos alcanzar la longevidad y a la vez mantener a los médicos lejos.

—¿Y que hay de la inmortalidad? ¿Se puede ser inmortal? —insistió el alumno.

—Antes de hablar sobre el concepto taoísta de inmortalidad es importante aclarar esto: todos los que algún día nacimos, algún día vamos a morir. No sabemos cuándo, pero seguro nos vamos a morir. La vida está marcada por la impermanencia y las incertezas; nuestra única certeza es que vamos a estirar la pata. Cuando salimos del vientre materno se pone en marcha una cuenta regresiva que termina cuando nos meten en un cajón.

Ningún humano puede evitar la muerte. ¡¡Por suerte !! ¿Quién en su sano juicio desearía vivir eternamente? La mayoría de la gente actúa como si fuera inmortal y como resultado de esa confusión transforma su vida en una experiencia miserable. Por el contrario, cuando tomamos plena conciencia de nuestra mortalidad la vida se vuelve valiosa. ¿Quién querría padecer la condena eterna de la inmortalidad? La literatura y el cine lo muestran claramente: los vampiros son muy desdichados.

Cuando el taoísmo habla de inmortalidad lo hace de manera metafórica. Las prácticas para alcanzar la inmortalidad en realidad son las prácticas que permiten cultivar los tres tesoros, cuerpo, energía y mente, de tal manera que la persona puede elegir libremente cómo, cuándo y dónde morir. Los simples mortales vivimos escapando de la muerte, hasta que un día nos alcanza. Los inmortales taoístas viven y mueren concientemente.

El cuerpo, la energía y la mente son el vehículo que todos usamos para recorrer el camino de la vida. Si no sabemos cuidarlos, pronto se convierten en una carga pesada y dolorosa. Si sabemos nutrirlos y cultivarlos, se transforman en una fuente de felicidad y aprendizaje. El chi kung y el nei kung de la médula ósea y las artes marciales internas ayudan a cultivar y potenciar los recursos vitales para mantenernos fuertes y flexibles hasta el último día. Las personas que alcanzan este nivel se ven jóvenes y despiertas a pesar de tener muchos años. Esto les permite cumplir sus aspiraciones vitales con plenitud y retirarse con elegancia cuando sientan que llegó el momento. Elegir el día de nuestra muerte tal vez sea la libertad más grande.

—¿Las técnicas de retención del semen apuntan a eso?

—Exacto. El chi kung, el nei kung de la médula ósea y las prácticas meditativas enseñan a conectarnos con la energía vital, a cultivarla, a potenciarla y a administrarla sabiamente. Y aquí quiero hacer una aclaración. Los recursos físicos y energéticos que desarrollamos durante la práctica son como el dinero. Podemos aprender a incrementar su cantidad y calidad, pero al igual que con el dinero, si no los manejamos con sabiduría, se convierten fácilmente en fuente de sufrimiento. Por eso, no basta con cultivar el cuerpo y la energía, es indispensable también cultivar la mente para saber administrar nuestra riqueza con amor y sabiduría. De lo contrario, todo ese poder acumulado se vuelve veneno para nosotros y los demás.

Gracias por escuchar.

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